viernes, 14 de mayo de 2010

A la vejez viruelas

Autor: Pablo Herreros 14 Mayo 2010
En octubre del 2006, una manada de elefantes irrumpió en la población de Ranchi, India, obligando a huir a sus habitantes. Los animales buscaban el cuerpo sin vida de una hembra perteneciente a su grupo que había caído en un canal de irrigación próximo a dicha localidad, y terminó muriendo ahogada. El cadáver ya había sido enterrado por los vecinos, pero los animales siguieron buscando durante tres días, destrozando a su paso cosechas y cabañas.

Ese mismo año se publicaron las primeras imágenes de cerebros de elefantes. Los resultados mostraron un hipocampo de proporciones asombrosas, una zona estrechamente relacionada con el procesamiento de las emociones y la memoria. En Sudáfrica, decenas de rinocerontes murieron debido a varios ataques de elefantes en los últimos años. Fue muy sorprendente, porque algo así no se había observado nunca hasta aquel momento. Al examinar el fenómeno con detenimiento, los investigadores descubrieron que todos los elefantes agresores eran adolescentes que habían presenciado la muerte de sus madres por armas de fuego. Como bien saben los psicólogos, la agresividad y el comportamiento asocial son síntomas asociados al estrés postraumático. Los estudios concluyeron que su separación súbita y prematura de los adultos fue la causa probable de esta alteración en el comportamiento de los animales, ya que tras introducir miembros ancianos al grupo, la violencia cesó.

Investigaciones recientes demuestran que los animales sienten las mismas emociones los humanos. (Usuario de Flickr).
No es sencillo argumentar sobre la existencia de las emociones en animales, puesto que no se pueden observar a través de un microscopio ni aparecen en una radiografía. Afortunadamente, avances como la resonancia magnética permiten ser más precisos en nuestras observaciones. Las estructuras cerebrales y las sustancias químicas asociadas son comunes a reptiles, aves y mamíferos, por lo que potencialmente todos ellos pueden tener experiencias emocionales. Por ejemplo, en experimentos en los que se acaricia cariñosamente a ratones e iguanas, el ritmo cardiaco y la temperatura corporal aumentan; las mismas respuestas fisiológicas que están asociadas con el placer en los seres humanos.
También existen paralelismos en los comportamientos implicados con las emociones. En un experimento clásico, si un macaco observa cómo, cada vez que él come, otros macacos sufren una descarga eléctrica en una jaula adyacente, se negará a ingerir alimento alguno durante siete días aproximadamente. Lo mismo ocurre con ratones. Pero hay más. Se sabe que los delfines auxilian a los individuos enfermos de su especie, ayudándoles a ascender a la superficie para tomar aire cuando les cuesta hacerlo por sí mismos, y los elefantes reconocen los restos óseos de miembros de su especie. En varias especies de primates, si alguno muere, sus compañeros dejan de comer durante un tiempo y emiten unos sonidos que recuerdan a la angustia humana.
Estas conductas son frecuentes entre mamíferos, donde cada individuo es relevante para la supervivencia del grupo. Las emociones favorecen a los organismos, ayudando a decidir lo conveniente o no de una situación. Son fundamentales en la cohesión entre miembros de la especie y regulan los encuentros sociales, permitiendo responder de una manera adaptativa y flexible.
Charles Darwin estaba seguro de que existe una continuidad entre animales y humanos, tanto en aspectos físicos como mentales, pero sus observaciones fueron obviadas durante décadas, debido a prejuicios antropocéntricos. El ser humano era el único capaz de sentir emociones. Hoy, las investigaciones hacen imposible sostener esta idea. Todo indica que, al igual que las personas, los animales poseen una intensa vida emocional.
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2 Respuestas to “Animales emocionales”

  1. Animales emocionales:
    [...] Animales emocionales http://www.somosprimates.com/2010/05/animales-emocionales/ por xoxeinha hace 3 segundos [...]
  2. Vera:
    No me cabe ninguna duda al respecto. Yo tengo clarísimo que los animales sienten como nosotros, tanto a nivel físico como emocional. Está claro que no se paran en pensar en tribialidades… Pero si son conscientes de su entorno y de los seres que les rodean… Hace poco en Turquía grabaron un video donde aparecían dos gatitos, uno de ellos MUY enfermo. El anterior gatito no paró de darle masajes, calor, compañía y aliento hasta que se llevaron a su compañero al veterianrio. Afortunadamente el gato sobrevivió, y el veterinario aseguró que si no llega a ser por los cuidados de su compañero, el gatito hubiera muerto…
    En ocasiones me preguto si en verdad somo seres “racionales”…
    Un artículo genial, gracias por compartilo!

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